El Estado ¿Un Gigante que se Despierta o que Debe Despertar?
En el contexto político y económico de Argentina, el tamaño del Estado es un tema de debate continuo. En esta nota, examinamos las percepciones arraigadas y los datos subyacentes para comprender mejor esta cuestión crucial para el país.
Por Matías Botana.

Con el transcurso de las décadas y la alternancia de gobiernos en el país, existe una afirmación que siempre se deja entrever en épocas electorales y es que el Estado argentino es de dimensiones inmensas. Sin embargo, cabe cuestionar si esta percepción, que ha dejado una marca profunda en la opinión pública, está respaldada por fundamentos sólidos.
Según datos del CIPPEC, los trabajadores públicos representan aproximadamente el 18% de la fuerza laboral del país. No obstante, es importante destacar que sólo un tercio de este porcentaje está compuesto por trabajadores administrativos, mientras que el resto se distribuye en sectores como seguridad, educación y salud.
Este porcentaje no excede la magnitud del empleo público en las naciones consideradas «desarrolladas», que a menudo sirven de referencia tanto para la oposición al actual gobierno como para algunos sectores del oficialismo. Según datos publicados por Eurostat, en la Unión Europea, la tasa de empleo público se sitúa en torno al 17%. Esta comparación arroja luz sobre el tamaño relativo del sector público en Argentina en comparación con las economías avanzadas de Europa.
En este contexto, algunos países europeos con las tasas más altas de empleo público son Suecia (29%), Dinamarca (28%), Finlandia (25%), Estonia y Croacia (ambos con un 23%). En contraste, los países con tasas más bajas de empleo público son Alemania (11%), los Países Bajos (12%), Italia y Luxemburgo (ambos con un 14%).

Estos datos ponen en relieve la percepción sobre el tamaño del Estado en Argentina en comparación con otros países, desafiando la noción común de que el nuestro es excepcionalmente grande.
Por lo tanto, si los niveles de empleo público en Argentina están en línea con el promedio de los países de la Unión Europea, surge una pregunta importante: ¿por qué existe una percepción generalizada en el electorado de que es necesario reducir el tamaño del Estado?
En las últimas elecciones, en 19 de las 24 provincias argentinas (16 de las cuales eligieron candidatos de La Libertad Avanza y 3 de Juntos por el Cambio), las alternativas políticas ganadoras abogan abiertamente por la eliminación de Ministerios y un ajuste significativo en el empleo público. Esto resulta sorprendente cuando se considera que, según datos del CIPPEC basados en informes de varios ministerios nacionales y el INDEC, las provincias y los municipios son responsables de casi el 80% del empleo público total en Argentina.
Sin embargo, una encuesta realizada por Pulsar.UBA reveló que el 80% de los encuestados está a favor de «achicar» el Estado, pero con una condición importante: que dicho ajuste no afecte a los sectores de salud y educación.

Estos datos reflejan la complejidad de la percepción pública sobre el tamaño del Estado en Argentina y la necesidad de equilibrar la eficiencia en la administración pública con la protección de servicios esenciales como la salud y la educación, que gozan de un amplio respaldo por parte de la población.

Ciertamente, parece haber una tendencia a considerar que el problema en el funcionamiento del Estado se encuentra en el 38% restante, que se encarga de gestionar y controlar todas las políticas públicas en el país. Esto plantea una pregunta crucial sobre el futuro: ¿cuáles son las alternativas para mejorar la gestión y el capital humano en la administración pública en todos sus niveles?
En una sociedad donde la necesidad de respuestas inmediatas se ha convertido en un elemento fundamental de la vida cotidiana, una gestión estatal que no puede cumplir con esta demanda se considera ineficiente. Ante la creciente necesidad de una respuesta rápida del Estado a los problemas sociales, la solución más importante reside en la modernización de sus procesos.
En resumen, el análisis de la percepción pública sobre el tamaño del Estado y los datos relacionados con el empleo público revelan un desafío complejo que atraviesa la política y la sociedad. Aunque los números sugieren que el Estado argentino no es excepcionalmente grande en comparación con otros países, persiste una firme creencia en la necesidad de reducir su tamaño, una creencia arraigada que ha influido profundamente en la opinión pública y en las decisiones políticas.
Para abordar eficazmente este desafío, es esencial no solo modernizar integralmente los procesos gubernamentales y adoptar tecnología de vanguardia, sino también establecer una carrera administrativa con reglas claras que permitan el crecimiento y desarrollo de los trabajadores públicos. Además, se requiere una inversión significativa en la capacitación del capital humano en todos los niveles de gobierno, así como la implementación de mecanismos de control, la promoción de la ética y la transparencia. Estos elementos son fundamentales para mejorar la eficiencia y la equidad en la prestación de servicios públicos.
La modernización del empleo público en el país es muy desigual respecto de muchos organismos municipales y provinciales, y es necesario invertir para cerrar esa brecha. La necesidad de respuestas inmediatas en la sociedad actual subraya la importancia de esta modernización y desarrollo del personal para superar los desafíos del siglo XXI.
El debate sobre el tamaño del Estado continuará siendo central en la política argentina, y su resolución requerirá un enfoque proactivo que considere las complejidades de la administración pública y las expectativas de la sociedad en busca de un futuro más próspero, equitativo y con justicia social.